

Las
partículas que se utilizan son de distintos materiales,
(micropartículas de Polivynil-Alcohol o microesferas acrílicas
biocompatibles), todas son seguras y efectivas y se enclavan en las
arterias uterinas de forma que no pueden liberarse y circular hacia
otras partes del cuerpo.
Esa
técnica la realiza un radiólogo intervencionista, que es un médico
especializado en tratamientos bajo control radiológico y que está
especialmente entrenado para llevar a cabo el procedimiento.
La
embolización se realiza en una sala de radiología vascular, dentro
del Servicio de Radiología. Esta sala está equipada con un aparato
de Rayos X y en condiciones estériles.
La
técnica dura entre 60 y 90 minutos y durante todo el tiempo se le
controlará la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, el
electrocardiograma, la respiración y el nivel de oxígeno en la
sangre.
Se
le administrará un sedante para adormecerla y anestesia local en la
ingle. El radiólogo intervencionista practicará una pequeña
incisión en la ingle e introducirá un catéter (tubo fino) en la
arteria femoral. Conducirá el catéter bajo control radiológico
hasta introducirlo en las arterias uterinas, ayudándose con pequeñas
inyecciones de contraste yodado. Una vez colocado en el sitio
adecuado, inyectará las partículas hasta confirmar que el flujo
sanguíneo por el vaso se ha interrumpido. Una vez terminado el
procedimiento, se limpia y se venda el sitio de la punción.

En
dos o tres meses los miomas disminuyen el tamaño y los síntomas
mejoran, aunque en los casos de menstruaciones abundantes la mejoría
se nota ya desde la primera menstruación después de la
embolización.
- Anestesia local más sedación.
- Paciente despierta.
- 87-90% de éxito.
- Sin necesidad de suturas.
- Sin cicatrices.
- Reintegrada a sus actividades habituales en 24-48hs.
Con la difusión médica y social de este efectivo tratamiento, es muy probable que se incremente el número de embolizaciones en un futuro inmediato, dada la preferencia general de las pacientes por preservar el útero y evitar una anestesia general o una larga convalecencia.
La embolización uterina es pues una excelente alternativa y una opción terapéutica válida para las pacientes sintomáticas portadoras de miomas uterinos, constituyéndose de primera elección en algunas situaciones clínicas precisas.
Esta técnica parece una buenísima elección para tratar un problema que, como a mí, limita la calidad de vida de muchas mujeres. Lo que no comprendo, y hasta me cabrea, es que no se haya generalizado su uso en la sanidad pública pues parece menos traumático y costoso que otras opciones. Los avances son maravillosos, pero si no llegan a las personas, de nada sirven...
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